Cruyff y su poder ante Adidas

 

Frases de la leyenda Cruyff para ESPN

Johan Cruyff fue un jugador por excelencia, dentro y fuera del terreno de juego distinto a los demás, su principal característica la rebeldía que fue marcada a lo largo de su carrera dentro del futbol, desde que debuto en noviembre de 1964 con su llamativo dorsal que portaba el numero '14', casaca que en aquel entonces estaba destinado a jugadores que iban como suplentes en los partidos.

Cruyff mostraba su potencial en cada partido que jugaba tan es así que se vino su inesperado traspaso al Feyenoord de Holanda en 1974, mismo año donde Adidas y Puma pensaban sus calzados de cara a la justa mundialista en ese entonces.

Para entender el surgimiento de esta gran rivalidad entre des potencias de calzado hay que recordar que todo comenzó con una fuerte discusión entre dos hermanos de apellido Dassler, liberando con ella una riña comercial y fraternal entre ambas empresas.

Cruyff había conseguido uno de sus primeros contratos comerciales históricos con la marca Puma y su selección, la de los países bajos había hecho lo propio con Adidas, ambas marcas no renunciaban a su estilo característico y es por eso que hubo una gran disputa en donde Johan fue uno de los principales protagonistas.

Dentro de la copa del mundo situada en Alemania, mismo país de donde son originadas ambas marcas; Cruyff se negaba a jugar con la camiseta luciendo las tres rayas junto con el logo de Adidas a no ser que la misma marca le pagara algo extra por hacerlo. pero obviamente este no ocurriría pues no podía acreditar a un jugador con un patrocinio diferente y la federación de países bajos tampoco estaba dispuesto a hacerlo.  

Johan jugó el mundial con un jersey similar al del resto de sus compañeros... pero este tenia una diferencia notable ya que solo tenia dos rayas en lugar de las tres que representaban a Adidas.

El ex jugador  explicaba en una entrevista dada a 'El País' hace años: "Bueno, nosotros, por ejemplo, jugamos el Mundial de 1974, y hacía justamente dos años que el fútbol era profesional. Las empresas venían, había promociones… Y la Federación, en esa época, negoció con Adidas. Querían que lleváramos su camiseta y yo pedí mi parte. Me la negaron diciendo que la camiseta era suya, y yo les dije que la cabeza era mía. Entonces, en todo el Mundial, jugué con una camiseta diferente del resto".